Esta mañana he disputado la octava edic
ión del trofeo Paris en el Parque Lineal del Manzanares. La organización, de lujo. El recorrido, cómodo y ameno. La temperatura, idónea. El horario, perfecto para evitar el madrugón. Un diez, de no ser por una pequeña, pero importante, pega. Ella no se ha presentado. Aunque la he buscado por todas partes (repartiendo dorsales, ayudando a levantar el arco hinchable de Coca-Cola, moviendo las alfombras del cronometraje por chip, entregando las bebidas en el avituallamiento) la heredera brillaba por su ausencia. No he querido efectuar ninguna queja formal hacia la organización, ya que los he notado algo compungidos (no en vano la estrategia de márketing alrededor de la prueba se va al carajo sin su presencia). Señores, no se preocupen: en mi opinión, la carrera ha sido un éxito de todos modos.

La carrera se disputa, como he escrito antes y repetiré por si queda algún despistado, d
Una de las cosas malas de los nuevos barrios de la geografía capitalina es que ni los propios madrileños sabemos dónde están. A N. y a mí nos ha pasado lo mismo esta mañana. Conducía cercano al hospital 12 de Octubre cuando recibo una llamada en el móvil. Es N.

- "Oye tío, me ha dejado el taxi al final de Antonio López, al lado del 12 de Octubre, y no tengo ni idea de dónde estoy".
- "No te preocupes, que te recojo, estoy cerca. Bueno, ahora no, me acabo de meter en la M-30 sin darme cuenta. Estoy en 5 minutos.
- "Vale tío, date prisa que aquí hay unos aborígenes que tienen una pinta muy chunga".
- "Tú tranquilo y no les des de comer".
Salgo de la M-30 y a la segunda consigo llegar al 12 de Octubre. Distingo a N por la pinta de yonki al lado de la carretera y se sube. Esta vez llegamos sin confundirnos siguiendo el reguero de corredores hasta la zona de salida, ambientada por la publicidad de Coca-Cola y el sonido metálido del speaker a través de la megafonía: "Se ha perdido un chaval muy rubio, de 5 años. Que venga al arco de Coca-Cola". N. reflexiona en voz alta acerca de si un niño de 5 años tiene noción de lo que es un arco de Coca-Cola. Nos interrumpe de nuevo el sonido metálico: "Ya hemos encontrado al niño". Sorpresas te da la vida.
Después de los saludos de rigor (a Emilio, que estuvo cronome
trando la San Silvestre) y a Santi (conocido de blog) nos acercamos a por nuestros dorsales. Es en este momento en el que siempre pienso que va a haber algún tipo de problema y nuestro dorsal no va a estar. Nos acercamos al mostrador de recogida de dorsales (un banco del parque), esperamos nuestro turno y damos nuestro nombre. "¿Qué dorsal tenéis?" (yo que sé, el que tú me dés, ¿no?) "miraos en esa lista". Nos encontramos en esa lista (bien, A. nos apuntó como prometió) y volvemos al mostrador/banco del parque. Le damos nuestros números y, sorpresa "yo esos dorsales no los tengo, tenéis que acercaros al puesto de información del final de la recta".
Con un poco más de miedo que antes llegamos al punto de información del final de la recta (otro banco del parque, éste más concurrido que el anterior) y pedimos nuestros dorsales. Esta vez sí que los tienen. "Eso sí, tenéis que pagarlos". N. apoquina los 21 euritos de rigor y, más contentos que unas castañuelas, emprendemos el camino de vuelta al coche para ponernos guapos.
En la roto
Trotamos un poquito y conseguimos un dorsal para J.M., que no había formalizado su inscripción. Un chico que ha competido en la carrera junior de las 11 no se siente con ganas de participar en la de las 12 y se lo cambia. J.M. va a aparecer en clasificaciones con su nombre, Óscar Molina. Le decimos al chaval y su madre "éste hace 30" y nos siguen la coña "de dónde habrán sacado a estos pollos tan cachondos, je je".
Nos colocamos en la línea de salida. Bueno, en el cajón de -46', porque creemos que vamos a andar ahí ahí. Como me he dejado el pulsómetro en casa y no voy a poder tomar ritmos por mil, confío en que alguien me los vaya cantando. Nos encontramos con Miguel, un chaval que trabaja con nosotros, y ¡pum!, marica el último.
Como de costumbre, hay mucha gente que sale adelante y que empieza despacito y nosotr

Sigo la carrera comprobando las sensaciones. La principal es "¿quién me mandaría venir aquí?". Estreno zapatillas en competición, unas Pegasus T/C muy cómodas que me he puesto únicamente un par de veces para rodar tran

Último kilómetro. Me pongo a rueda de un señor mayor con pinta de pegarle bastante y nos vamos dando relevos. Enfilamos una cuesta a derechas y aparece de entre las sombras el francés como un rayo. "Allez, allez" oigo a su mujer y su hija. El tío jodío estaba echando el resto para la foto, ahora me explico todo. La cuesta arriba final se hace larguísima. Cuando quedan unos 100 metros esprinto a tope a un negro. Llegamos a la par y nos damos la mano. Pregunto el tiempo a un tío que llega un segundo detrás y me dice que estamos en 44 y pico. Objetivo cumplido.
Veo a estos en la recogida de bolsas. N. ha bajado de 42', igual que A. También vemos a J.M. Me quito el chip y recojo la bolsa del corredor, bien
Después, despedida y cierre. Trote cochinero para soltar, recapitulación y un breve vistazo a las clasificaciones colgadas en el tablón de anuncios (botella hinchable de Coca-Cola). Comprobamos nuestras marcas y para casa.
Mientras escribo estas líneas la niebla se ha apoderado de Madrid y me llega un e-mail informando de la clasificación final. He conseguido rebajar en 1 minuto mi marca de Canillejas, algo que no esperaba. Y el buen sabor de boca de una carrera muy bien organizada y marcada cada medio kilómetro, algo que se agradece de cara a controlar ritmos.
Sólo quiero imaginarme la cara de Santiago Molina cuando a él y a su madre les dé por buscar en la clasificación, por la curiosidad de saber qué tiempo hizo el chaval al que le dio su dorsal...

MP3 - River of Sorrow (Antony & The Johnsons)
AVI - Regreso al futuro III (Robert Zemeckis)


2 comentarios:
Buenas noches.
Muy buena la descripción de la carrera!!! el detalle del frances es la leche...
Un saludo y animo para NY (que envidia...)
¿Sonido metálico?, ¿insinuas que mi armoniosa voz suena metálica? ;-)
Los niños de 5 años de hoy ya no son lo que eran, saben lo que es la Coca Cola, la Coca Ina y lo que se tercie, el caso es que apareció en menos de 2 minutos que a su madre le parecieron por lo menos 3.
Te acompañaremos en tu viaje a Nueva York, enhorabuena por tu carrera.
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